lunes, 7 de mayo de 2012

La Calandria


El cuerpo es alargado, con alas cortas. La cola escalonada se mantiene elevada cuando el ave está en reposo y durante el vuelo se extiende y deprime. Pico relativamente largo, agudo y levemente curvo. Respecto al plumaje tanto el macho y la hembra son idénticos. Uno de los rasgos más característicos de ésta ave argentina es la calidad de su canto. Estas aves toleran la presencia humana y habitan los lugares modificados por el hombre, incluso visitan asiduamente parques, jardines y quintas. Para emitir su canto se posan por encima de las ramas de los árboles muy excitadas se elevan tres o cuatro metros en el aire para luego dejarse caer sobre las ramas. El armonioso canto de éstas aves posee notas muy variadas que no se repiten dos veces seguidas en un mismo orden.Sin embargo de los diferentes cantos que emite aveces los repite pero nunca seguidos.Una de las particularidades de ésta ave es la capacidad de imitar el canto de otras aves. Aunque las hembras cantan los machos son mejores cantores. Su canto se efectúa durante el día ya que es una especie de hábitos diurnos.
Los vuelos de éstas aves son bajos y de cortos recorridos. Se transportan de un árbol a otro mostrando suaves curvas en su vuelo. Se las suele ver también sobre el suelo efectuando corridas con las alas caídas, la cola alzada, la cabeza elevada que realiza lentos movimientos laterales.

Ambos miembros de la pareja se ocupan de construir el nido, ubicado preferentemente sobre algún arbusto. La construcción se lleva a cabo con ramas de distinto tipo y el interior recibe una terminación más prolija, con elementos más finos. La calandria prefiere anidar en arbustos pequeños y aislados. En general establece el nido en una horqueta no muy alta.
La hembra pone entre tres y cinco pequeños huevos. El período de incubación se extiende de trece a quince días, y es la hembra quien se ocupa de dicha tarea.
Tanto el macho como la hembra alimentan a las crías, buscando para ellas larvas e insectos. Mientras los pichones están aún en el nido los padres los vigilan.
Pero no siempre este albergue afanosamente construido recibe sólo a los pichones de la calandria. El tordo renegrido (Molothrus bonariensis) pone huevos con frecuencia en nidos de calandrias y, para hacer lugar a sus propios huevos -y después a sus pichones-, puede llegar a destruir hasta el cincuenta por ciento de la puesta de su involuntario anfitrión.
Los pichones nacen con plumón gris negruzco y tienen el interior de la boca amarillo vivo, color que queda expuesto al abrir las crías sus picos reclamando alimento. Este detalle los distingue fácilmente de sus hermanastros, los pequeños tordos nacidos al mismo tiempo, ya que estos últimos presentan una coloración roja en la misma zona.
Estas aves se alimentan fundamentalmente con insectos, tanto en estado adulto como larval. También consumen (sólo los adultos): lombrices y no desdeñan tampoco los alimentos de origen vegetal, como los frutos de plantas, tanto silvestres como cultivadas -moras, higos, etc.-, aprovechando con frecuencia los que hallan caídos en el suelo. Los pichones son alimentados con insectos, especialmente escarabajos, grillos y otros de la misma familia.

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