En el léxico
popular se llama urraca al pájaro que, en otras regiones, se denomina pirincho.
También se da el nombre de urraca al anó. Ambos son cucúlidos, vale decir,
pariente del famoso cuco europeo. En misiones, Chaco, Formosa se conoce como
urraca a un córvido lo que hace que éste ave tenga afinidades con las cornejas
y las grajas del viejo mundo.
El rasgo de
las urracas que primero llama la atención del observador, es su curiosidad. Todo
lo que les resulta extraño, lo que brilla, lo inusual, ejerce sobre ellas una
especie de fascinación que les hace perder, a veces, la noción de su propia
seguridad. Cuando encuentran un objeto de tales características, lo examinan
con movimientos cómicos, ladeando la cabeza, dando volteretas y agitando la
larga cola, signo que da cuenta de gran exitación. Muchas urracas pierden la
vida debido a ésta irrefrenable curiosidad. Ser curioso no es un defecto sino
signo de inteligencia y las urracas lo son tanto como puede serlo un ave.
Habitan en
las grandes selvas subtropicales son eminentemente arborícolas. Viven en
bandaditas, se desplazan por las ramas de los árboles, explorando cada uno de
ellos para rapiñar todo lo que encuentran a mediana altura, sea insectos,
pichones, huevos o frutos que engullen con evidentes muestras de satisfacción.
La destrucción de insectos es evidentemente
beneficiosa, pero esto no se les reconoce ya que tiene algo en contra que se
come los huevos de los gallineros, algo que molesta a los campesinos.
Esta
especie tiene un lenguaje variado y extenso compuesto de sonidos guturales,
chillidos y gritos de diversa entonación que parece ser su manera habitual de
comunicarse. Cualquier hecho o ser extraño provoca reacciones de alarma que
ponen sobre aviso a la población montaras.
Las urracas
construyen nidos bastante desprolijos en los árboles utilizando, comúnmente,
ramitas entrelazadas sin mucho mullido interior. Ponen de a tres a cuatro
huevos de más o menos veintisiete milímetros de largo, de color blancuzco con
manchitas pardas.
Los
córvidos del género Cyanocorax, al cual pertenece la urraca azul o urraca común,
la urraca morada y la celeste tienen por área de distribución América de Sur y
Central. Se reconocen dos subespecies. La tucumana o Cyanocorax chrysops
tucumana y la de la región del río madera Cyanocorax chrisops diesingii.
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